Entrevista al actor Julio Correal, secretario de Asuntos Laborales
Una de las buenas noticias que para el sindicalismo trajo el 2014, fue la creación de ACÁ (Asociación Colombiana de Actores), que se inició con cerca de 700 artistas del espectáculo, y que hoy, con menos de 6 meses de existencia, ya agremia a más de 1.000 actores y actrices de la televisión, el cine y el teatro en Bogotá y el resto del país.
Para hacer un balance de los primeros 6 meses de labores y conocer las proyecciones de este sindicato para el 2015, la Agencia de Información conversó largamente con el actor Julio Correal, integrante de su junta directiva y encargado de los asuntos laborales.
En la entrevista, Correal hace un panorama de la situación laboral de los actores y actrices colombianos y sus necesidades, se refiere al pliego de peticiones que ACÁ presentará próximamente a los canales de televisión; del proyecto de ley estatutaria sobre la profesión del actor que se dispone a presentarle al Congreso, de los apoyos políticos que tiene, entre otros temas.
Antes de hablar de las realizaciones de ACÁ y el pliego de peticiones que presentarán a los canales y productoras, hagamos un breve panorama del terreno laboral en el que se mueven los artistas de la televisión y el teatro en Colombia.
Es un panorama muy amplio y complejo. En todo el mundo el trabajo de los actores se caracteriza por dos factores: la intermitencia del empleo, pues las tasas de desempleo o subocupación son muy altas; y la variabilidad de ingresos, que en algunos momentos pueden ser buenos y en otros malos, o nada. Y a eso se suma el tener que pagar del propio bolsillo la seguridad social y un montón de impuestos, pues se nos trata como si fuéramos empresarios, cuando somos trabajadores. Tampoco recibimos cesantías ni intereses a las cesantías, ni primas, ni vacaciones. Lo otro es que no hay un único patrono. Todos trabajamos para múltiples empleadores según sea la producción en la que estemos. Pero digamos que hay unos grandes patronos, que son los canales de televisión, de los cuales se derivan empresas productoras que trabajan para ellos. Por otro lado hay productoras de cine que hacen producciones esporádicas, con las que también aspiramos a tener condiciones claras de negociación. Y están los grupos de teatro estables que en buena parte se financian con apoyos y subvenciones del Estado. Ahí podemos decir que de cierta manera el patrono es el gobierno.
Frente a ese panorama tan amplio e irregular, ¿cómo sería el tema de los pliegos de peticiones para lograr mejores condiciones laborales?
Con un pliego de peticiones podemos resolver algunos temas relacionados con nuestro trabajo para los canales y las productoras, pero hay otros temas que se tienen que resolver con una ley estatutaria de la profesión del actor;
Con un pliego de peticiones podemos resolver algunos temas relacionados con nuestro trabajo para los canales y las productoras, pero hay otros temas que se tienen que resolver con una ley estatutaria de la profesión del actor; una ley que, por ejemplo, obligue al Estado a subvencionar la actividad de los grupos de teatro en las regiones y la producción audiovisual. Las becas y premios que se entregan a la creación y producción de estos grupos no contemplan el componente laboral. La idea es que en los proyectos que patrocine el Ministerio de Cultura se establezcan porcentajes de participación de los actores, porque ocurre que a capricho del director o del productor el grueso del presupuesto de una obra se va en producción o escenografía, y para los actores y actrices queda muy poco.
En cuanto al pliego petitorio que presentarán a los canales de televisión, ¿qué nos puede decir?
Ese pliego abordará temas de seguridad social y de condiciones laborales, que tienen que ver con horarios y jornadas, logística en el lugar de trabajo, áreas de descanso, transporte, alimentación en el set, condiciones sanitarias. Porque ocurre que las jornadas son muy extensas y no se pagan horas extras. Aunque eso ha mejorado. No pedimos que la jornada sea de 8 horas porque sabemos que los rodajes y la producción exigen horarios extendidos, pero sí que, cuando más, sean de 12 horas. Hay productoras que se están autorregulando, ajustando las jornadas, y hay actores que por su prestigio han logrado acuerdos para no trabajar más de 12 horas. Pero son la excepción, no la regla. Esperamos que en febrero tengamos listo el pliego para presentar a los canales de televisión, y ojalá establecer con ellos una sola mesa, una negociación por sector. A nosotros no nos interesa acabar la industria del espectáculo, es la que nos da de comer. Nos interesa que crezca y que se sigan produciendo dramatizados.
¿Y en el tema de la contratación?
En el escenario de la televisión se contrata por meses o por capítulo. Las estrellas que tienen un rol protagónico se contratan por meses, que es lo ideal porque tienen un ingreso fijo al mes. Por capítulos contratan actores y actrices de reparto que aparece en pocos capítulos. Nos toca hacer un pliego de peticiones que considere todos estos escenarios, donde el tema del pago de horas extras también entre. Estamos incluso considerando proponer cambiar la contratación por prestación de servicios, por una contratación de tipo laboral.
¿Y el tema tarifas?
Tendremos que considerar unas tarifas mínimas por debajo de las cuales nadie pueda contratar. También el tema de la equidad, es decir, que si una productora decide pagarle a una estrella nacional o internacional una suma enorme, al resto del elenco tenga un porcentaje establecido con relación al sueldo mayor.
¿Es que hay mucho desequilibrio en los salarios?
Mucho. Ese fue uno de los puntos difíciles de superar al momento de conformar el sindicato, porque hay mucha heterogeneidad. Unos tienen una situación muy cómoda en términos de ingresos, y otros no.
Y el tema de las regalías por derechos de autor, ¿también se va a considerar?
Nosotros en Colombia renunciamos a eso desde hace años. En los contratos hay una cláusula que dice que el pago que nos hacen es uno solo para todo lo que tiene que ver con derechos de autor.
Ese tema es para nosotros crucial, y es el que ha demorado la elaboración del pliego. En todo el mundo los actores viven de las regalías, de los pagos de derechos de autor por su trabajo creativo. Nosotros en Colombia renunciamos a eso desde hace años. En los contratos hay una cláusula que dice que el pago que nos hacen es uno solo para todo lo que tiene que ver con derechos de autor. El único derecho que estamos cobrando es el de comunicación pública, que se recoge a través de una sociedad de gestión. Pero hay un montón de regalías que tenemos que recuperar. Ojalá podamos incluir ese tema de manera retroactiva, porque muchas producciones que hicimos tiempo atrás, los canales y productoras las siguen vendiendo. En el pasado hubo un acuerdo que consideraba el pago del 75% sobre una primera venta, pero eso ya no existe. Hoy en día RCN y Caracol venden mucho al extranjero, y caro. Además tienen su canal en Colombia y su canal internacional, y tienen su canal HD, y en todos pasan sus productos, por los que nosotros no recibimos un peso de regalías.
La contratación de actores extranjeros es otra “piedra” en el zapato, ¿o no?
En el mundo ese tema está regulado, menos en Colombia, donde los actores extranjeros están desplazando a los nacionales. Por eso es importantísimo considerarlo. Una ley del año 2012 quitó las cuotas de actores, de modo que aquí cualquier persona puede trabajar en cualquier terreno, venga de donde venga. Hay una gran diferencia entre el boom de extranjeros en la televisión colombiana hoy, a lo que pasaba en los años 90. En esa época los canales traían una estrella de la televisión mejicana o latina de Miami, y con eso lograban vender la producción al extranjero. Hoy es distinto: hay una cantidad de aparecidos que llegan de España, Méjico, Argentina, de todos lados, y no necesariamente actores.
Pero los extranjeros pueden ser parte de la ACÁ, ¿no hay una contradicción ahí?
No, porque en Colombia, como en todos los países, el trabajo de los extranjeros es regulado. Ellos pueden pertenecer al sindicato, pero deben tener unas reglas para actuar en Colombia.
Se critica mucho la calidad y la temática de los contenidos que difunden los canales en sus series y telenovelas. ¿Le van a meter el diente a eso?
Sí, lo estamos pensando. Ha bajado la calidad de las producciones, éstas se han homogeneizado, hay muchas repeticiones, y el televidente requiere otro tipo de productos. Tenemos que ampliar la gama. Hay una franja que ha sido abandonada por la televisión comercial, y es la infantil, no hay producción para niños. Los canales, pese a ser privados, están en el espectro electromagnético, entonces tienen la obligación de producir para el público infantil. También se tiene que hablar del tema de la paz, que está en la coyuntura nacional. Los canales deben ser gestores de paz.
¿Qué otros temas incluirán en sus pliegos petitorios?
Temas de seguridad social, de bonos para educación, de auxilios de vivienda. No puede ser que esos asuntos corran por cuenta de las sociedades de actores. Hay muchos actores que por x o y motivo están en unas condiciones cercanas a la indigencia, o ya están viejos. ¿Quién tiene qué responder por ellos? ¿El gremio? En parte debe responder el gremio, pero también la industria de la televisión, porque ésta se benefició de su trabajo.
¿Y en cuanto a la profesionalización del oficio actoral?
Hoy los canales convierten en actor a cualquiera, y eso demerita nuestro trabajo, promueve la mediocridad, porque en la mayoría de los casos esos actores improvisados son un fracaso.
Como nuestro trabajo es considerado un oficio, entonces cualquiera lo puede ejercer, y eso nos afecta profundamente. Hoy los canales convierten en actor a cualquiera, y eso demerita nuestro trabajo, promueve la mediocridad, porque en la mayoría de los casos esos actores improvisados son un fracaso. Eso se podría corregir mediante cuotas para profesionales y cuotas para quienes no lo son. Es necesario que la experticia, el saber hacer, sea validado para optar a un título profesional en las escuelas de actores, porque ahora hay mucha escuela de garaje embaucando a la gente con cursos malos.
¿Y qué apoyos políticos tiene ACÁ para lograr lo que se propone?
Cuando constituimos el sindicato hicimos contactos con diferentes sectores y personas. Una de las primeras fue la representante a la cámara Ángela María Robledo. Ella propuso hacer una audiencia pública en el Congreso para denunciar la situación que vivimos, lo que nos llevó a acercarnos a otros parlamentarios. La audiencia se hizo y fue muy exitosa, y quienes convocaron fueron ella, Ángela María, Iván Cepeda, Jorge Enrique Robledo, Alirio Uribe, Luis Fernando Velazco. También se sumaron Claudia López, Juan Carlos Lozada, Angélica Lozano, Sofía Gaviria. Con ellos estamos trabajando un proyecto de ley que regule la actividad actoral, que próximamente deberá estar listo en su articulado para presentarse al Congreso.
La actividad sindical demanda mucho tiempo y esfuerzo. ¿Cómo hacen ustedes los dirigentes de ACÁ para atender a su profesión y al sindicato?
Todo ha sido ad-honorem, no nos queda otra opción. Entre los integrantes de la junta directiva nos repartimos las tareas. Santiago Alarcón, es el presidente, Ernesto Benjumea es el vicepresidente y se ocupa de las comunicaciones, y yo de los asuntos laborales; Marcela Gallego se ocupa de asuntos gubernamentales y todos los días nos estamos comunicando. Esta es una junta totalmente comprometida.
Considerando que el sindicalismo sigue siendo estigmatizado y no bien visto en determinados círculos, ¿cuál es la imagen de ACÁ en los círculos sociales donde ustedes se mueven?
Dentro del gremio ha sido en general bien recibido el sindicato. Al principio no fue fácil. Incluso nos aconsejaron que conformáramos una organización de carácter civil. Pero después de analizar la situación optamos por formar el sindicato, sin eufemismos, para que el pliego que presentemos lo tengan que contestar, o demandar, pero que se vea que hay pelea. Claro que nosotros no queremos pelear, queremos ganar. Hemos ido teniendo pequeñas conquistas. Los actores ya nos consultan sus problemas laborales y temas de contratación, y hemos solucionado algunos.
¿Y han visto la necesidad de afiliarse a una central sindical?
Es un proceso de aprendizaje, hay que enseñarle a nuestra gente que la solidaridad es un valor sindical, que hay que apoyar las luchas de los trabajadores y estar pendientes de lo que pasa en el movimiento social colombiano.
Lo hemos hablado. La respuesta del movimiento sindical hacia nosotros ha sido muy positiva, y con la CUT hemos tenido cercanía desde el principio. Llegará el momento en que nos afiliemos, pero por ahora seguimos independientes. Es un proceso de aprendizaje, hay que enseñarle a nuestra gente que la solidaridad es un valor sindical, que hay que apoyar las luchas de los trabajadores y estar pendientes de lo que pasa en el movimiento social colombiano. En la renovación de la imagen del sindicalismo creo que nosotros podemos ayudar bastante, poniendo nuestra cara y aportando el conocimiento del lenguaje audiovisual para que los mensajes que se generen desde el sindicalismo estén más acordes con los tiempos que vivimos.
¿Podrá haber alguna vez una serie de televisión donde los protagonistas sean sindicalistas?
Sería factible. Los sindicatos también pueden hacer sus propias series, porque la modernidad y las nuevas tecnologías han hecho que se democraticen los medios masivos.