Compromiso con el empleo es de agradecer, pero la austeridad fiscal amenaza la recuperación, advierten los sindicatos

Seúl, 12 de noviembre de 2010 (CSI EnLínea): Los sindicatos han acogido favorablemente el reconocimiento por parte del G20 de que el empleo ha de situarse en el epicentro de la recuperación y su compromiso de brindar protección social a los más vulnerables, aunque expresaron su profunda preocupación respecto a las consecuencias a escala mundial de unas medidas de austeridad prematuras.

“Los sindicatos quieren ahora ver acciones reales para superar la amarga crisis social sin precedentes de desempleo a escala mundial de aquí a las reuniones del G20 en Francia en 2011, y siguen oponiéndose a la introducción de medidas para atajar el déficit fiscal a corto plazo antes de que el empleo se haya recuperado”, manifestó la Secretaria General de la CSI, Sharan Burrow. “Nos preocupa que sin una inversión coordinada en empleo y protección social, el G20 se convierta en una cinta transportadora a través de la cual se comunique la recesión de un país del G20 a otro, y en última instancia ocasionando perjuicios a toda la economía mundial”. 

“La economía mundial está mucho más débil de lo que quiere admitir el G20, y lejos de tranquilizar a los mercados financieros. Un vuelco precipitado hacia medidas de austeridad y recorte de déficits no haría sino deprimir aún más las inversiones y empeorar la situación respecto a la deuda soberana, dado que las actuales previsiones de crecimiento han sido corregidas a la baja”, explicó el Secretario General de TUAC, John Evans. “Los Gobiernos pretenden fomentar el crecimiento pidiendo una reforma estructural, pero el Plan de Acción de Seúl se parece demasiado a la antigua agenda de reducción de beneficios y debilitamiento de la protección laboral, y no hará sino minar la confianza de los hogares. Necesitamos un plan de acción del G20 para el empleo, que promueva una distribución más justa de los ingresos y una recuperación impulsada por la demanda”.

En Seúl la delegación sindical internacional, compuesta por 50 personas, discutió sobre las demandas del movimiento sindical con el Presidente de la Cumbre, Lee Myung-bak, y con muchos otros Jefes de Gobierno, así como con los líderes de importantes instituciones internacionales y la Comisión Europea.

“Es necesario que los Ministros de Trabajo del G20 se reúnan lo antes posible para abordar medidas que promuevan las mejores prácticas para el Trabajo Decente y el Pacto Mundial para el Empleo de la OIT, y para discutir cómo poner fin a las desigualdades recurrentes en el mercado del trabajo que constituyeron un importante factor desencadenante de la actual crisis”, añadió Burrow.

Los sindicatos acogieron favorablemente el compromiso del G20 de incorporar a los sindicatos en el proceso del G20, aunque advirtieron al mismo tiempo que el G20 sigue favoreciendo en exceso los intereses específicos de la comunidad financiera.  “Pese a constituir el lugar privilegiado para la adopción de medidas destinadas a rescatara la economía global en Londres y Pittsburgh, y para restaurar una regulación adecuada en lugar de la desbordada ambición de los mercados financieros, la reforma financiera ha quedado estancada, y el G20 no parece estar dispuesto a enfrentarse a los líderes empresariales y banqueros que siguen resistiéndose a aceptar tan siquiera una regulación diluida, mientras que continúan acordándose enormes e injustificadas gratificaciones”, afirmó Evans.

Los sindicatos advierten que sin una auténtica reforma financiera, la introducción de una tasa sobre las transacciones financieras y la erradicación de los paraísos fiscales, no podrá contarse con los recursos necesarios para invertir en empleo, en el desarrollo y para hacer frente al cambio climático. “La implementación de estas medidas no sólo constituye un imperativo moral, sino además una necesidad económica”, indicó Evans.
“Aunque el Consenso de Desarrollo de Seúl para el Crecimiento Compartido reviste importancia, no compensa la ausencia de un compromiso concreto de recursos para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio, o para el establecimiento de un piso mínimo de protección social universal”, concluyó Burrow. “Los ciudadanos del mundo se merecen mucho más. Esperan que los Líderes del G20 den muestras de un auténtico liderazgo global y que aporten empleo y recuperación en lugar de inacción y una visión a corto plazo. Es urgente que cuando Francia asuma la Presidencia del G20 en 2011, éste recupere una razón de ser colectiva, antes de que el crecimiento estancado y la vuelta a un desempleo galopante les hagan una llamada de atención”. 

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