De la zanahoria y el garrote de la reforma laboral anunciada por Uribe… Solo queda el garrote

Las cortinas de humo de Uribe y el centro democrático.
Foto tomada de 360radio.com

Lea en el artículo un análisis a la reforma laboral anunciada desde el año pasado por el senador Alvaro Uribe Vélez

Por Carlos Julio Díaz Lotero-Analista laboral ENS

El Senador Álvaro Uribe Vélez planteo hace algunos meses que  la responsabilidad del desempleo del país recaía en las viejas normas laborales que hoy tenemos, “por lo que debe haber menos rigidez, menos impuestos, más facilidad para contratar y desvincular, mejor remuneración, más tiempo para el disfrute y la educación y total flexibilidad para el trabajo por días y por horas”.

Anunciaba de esa manera los principios de la reforma laboral que el Gobierno y el Centro Democrático se proponían presentar al Congreso de la República como una mezcla de zanahoria y garrote. La zanahoria la constituía la expresión “mejor remuneración, más tiempo para el disfrute y la educación”, y el garrote las manifestaciones de “más facilidad para contratar y desvincular” y “total flexibilidad para el trabajo por días y por horas”.

El pasado 1º de octubre radicó ante el presidente del Senado el proyecto de ley número 212 de 2019, “por medio de la cual se reduce la jornada laboral semanal, se establece el trabajo a tiempo parcial para jóvenes y adultos mayores y se dictan otras disposiciones”, que tiene por objeto reducir de manera gradual en un periodo de tres años la jornada laboral de 48 a 45 horas semanales, y “permitir la contratación laboral a tiempo parcial para jóvenes de 18 a 28 años de edad, mujeres mayores de 57 años y hombres mayores de 62 años, permitir los aportes a la seguridad social y el pago de prestaciones sociales en proporción al tiempo laborado, en virtud de estos contratos”.

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En su parte motiva, tomando como fuente al DANE, el proyecto 212 dice que “el promedio de horas trabajadas a la semana es de 45.1, los hombres trabajan en promedio 47.8 horas y las mujeres 42.3 horas… Dado este promedio de horas laboradas semanalmente se propone en la presente iniciativa una disminución de la jornada laboral a 45 horas semanales, que es la que se tienen ya implementada en la práctica la mayoría de empleadores. (El subrayado es del articulista).

De la matriz con la que los sectores económicos sustentan la reforma laboral,  se concluye que en la mayoría de las empresas formales la jornada es incluso inferior a 45 horas semanales. Esto es en parte logro de la negociación colectiva, caso sector financiero, que tiene jornada laboral de 43 horas; y en el sector público es de 42,5. Los sectores con altas tasas de informalidad laboral la jornada es mayor, como son comercio (jornada semanal de 47,5 horas (50 los hombres y 45  mujeres), agricultura (jornada de 43,5 horas (hombres 48 horas y mujeres 39).

Es decir, lo que el Senador Uribe propone reducir, ya se ha reducido. En el sector formal, donde realmente aplicaría la reforma, la jornada es inferior a 45 horas semanales. Es la transformación de la zanahoria prometida, en el “mamagallismo” garciamarquiano de la región Caribe.

No existe pues ninguna mínima compensación al trabajador por el inmenso daño que se le hace al reducirle sus ingresos y precarizar, como se señala a continuación, las condiciones de acceso a la seguridad social.

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Al desaparecer la zanahoria solo nos queda el garrote: “más facilidad para desvincular y total flexibilidad para el trabajo por días y por horas”. Recordemos que el trabajo por horas ya fue aprobado en el Plan Nacional de Desarrollo de Duque, pero como la ley no permite la cotización a la seguridad social por horas, se necesita armonizar el trabajo y la cotización por horas.

Lo que el Senador Uribe hace con este proyecto de ley es, en suma, complementar el faltante del Plan Nacional de Desarrollo (PND) del presidente Duque para eliminar el salario mínimo de facto. En efecto, un trabajador que labore 22,5 horas a la semana ganará la mitad del mínimo, y la cotización a la seguridad social se podrá hacer no con base en un mínimo, como hoy, sino en proporción a lo que gane el trabajador.

Todo trabajador que gane menos de un mínimo, dice el artículo 193 del PND, debe hacer parte obligatoria del piso de protección social, constituido éste por la salud subsidiada, los Beneficios Económicos Periódicos (BEPS) y un seguro inclusivo. Es decir, la afiliación a salud, pensiones y riesgos laborales del régimen contributivo será reemplazada por la afiliación al régimen subsidiado de salud, a los BEPS y al negocio financiero de los seguros inclusivos.

De esta manera no solo se acaba con el salario mínimo, sino que se golpea el régimen contributivo de la seguridad social, con e fin de que los empresarios aporten cada vez menos en cotización a la seguridad social. Esa es la exigencia del Consejo Gremial Nacional: ir desmontando lo que denominan los costos laborales no salariales.

De contera, con este proyecto estamos en presencia de una reforma que desmonta el régimen público de prima media en pensiones –al que en su mayoría están afiliados trabajadores de salario mínimo–, para favorecer por fuerza legal los Beneficios Económicos Periódicos, que otorgan subsidios miserables en la vejez. Todo para el fortalecimiento de la gran estafa que son los Fondos Privados de Pensiones.

El garrote a los trabajadores se mantiene en el artículo 7 del proyecto: “Los beneficios serán proporcionales al monto de sus cotizaciones”, lo cual debe ser reglamentado por el Ministerio de Salud dentro de los 6 meses siguientes a la entrada en vigencia de la reforma laboral. Es decir, si cotizando con base en el 100% de un salario la atención en salud es pésima, ¿cómo será el servicio cotizando sobre el 20% de un salario mínimo?

O sea que la promesa del artículo 4 del proyecto, lo de que la “disminución de la jornada de trabajo no reduce la remuneración ni exonera de obligaciones en favor de los trabajadores”, se queda en el papel. La verdadera reducción de la jornada laboral la hace el trabajo por horas, y como la remuneración será proporcional a las horas trabajadas, cuando se labore menos de 45 a la semana los ingresos del trabajador serán siempre inferiores al salario mínimo.

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¿La reforma laboral y pensional del Plan Nacional de Desarrollo es real o irreal? ¿El proyecto de reforma laboral 212 del 2019 la presentó el Senador Uribe, o la oposición para desprestigiar a Uribe? La cierto es que el asunto ya parece del realismo mágico, donde lo irreal es lo real y la mentira se torna en verdad y la verdad en mentira. ¿Estamos  en Colombia o en Macondo?

Lo único real es que el paquetazo neoliberal del Presidente Duque y el Centro Democrático en contra de los trabajadores, sí existe. Sí existe un proyecto de reforma tributaria en contra de los pobres y capas medias de la sociedad y en favor de las grandes corporaciones, por tanto sí existen razones más que suficientes para el Paro Nacional convocado por el Comando Nacional Unitario y el movimiento social de nuestro país.

Este 21 de noviembre todos a la calle en contra de la reforma laboral, pensional y tributaria de corte neoliberal, y por Trabajo Decente.

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Carlos Julio Díaz Lotero

Carlos Julio Díaz Lotero es Contador Público de la Universidad de Medellín. Especialista en Planeación urbano regional de la Universidad Nacional. Ex – presidente de la CUT Antioquia. Ex-Director de la Escuela Nacional Sindical y socio de la misma.

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