En marcha votación de huelga en El Cerrejón

“No es aceptable que hoy la empresa esté ofreciendo menos de lo que ofreció hace dos años, cuando el carbón estaba a mitad del precio que tiene actualmente”, con esta frase Aldo Raúl Amaya, presidente de Sintracarbón, resumió el estado del conflicto laboral en Carbones del Cerrejón, a punto de desembocar en una huelga si esta semana el sindicato y la empresa no logran un acuerdo en la mesa de negociación.

El viernes pasado terminó en Barranquilla la etapa legal de arreglo directo, con su prórroga, sin un acuerdo en torno al pliego petitorio que presentó el sindicato en noviembre pasado.

Integrantes de la Comisión Negociadora de Sintracarbón.

De los 81 puntos del pliego solo uno lo hemos cerrado y en los otros estamos muy distantes. Nos están ofreciendo valores y porcentajes inferiores a los que se hicieron la vez pasada en circunstancias totalmente diferentes”, señaló Aldo Amaya.

Se refiere a la situación de enero de 2016, cuando se firmó la Convención Colectiva de Trabajo (CCT) actualmente vigente. En ese momento la tonelada de carbón apenas superaba los 43 dólares. En ese momento los trabajadores entendieron que lo más beneficioso era suscribir una convención acorde con los tiempos de vacas flacas. Pero esa no es la fotografía de hoy, cuando el 2018 arranca con la tonelada a 91 dólares.

La fotografía de hoy

En efecto, en el 2016 la utilidad de Carbones del Cerrejón ascendió a $633 mil millones, pese a que este año los precios en el mercado estaban deprimidos. Se espera entonces que en el 2017 las utilidades sean mayores, por el repunte de los precios. En este año el promedio de la tonelada fue de 83.8 dólares, y El Cerrejón exportó 31.7 millones de toneladas, lo que, según los cálculos del Amaya, representa unos $8.1 billones de ingresos operacionales, cuando en 2016 estos fueron de $5.9 billones.

Otro aspecto favorable para la compañía –sostiene Sintracarbón–, es que durante la vigencia de la actual CCT el precio promedio del dólar ha estado cerca de $3.000. lo que abarata sobremanera los costos en pesos, incluida la nómina de trabajadores. O sea que la empresa necesita menos dólares para cubrir sus obligaciones. Como también le ha favorecido el bajo precio de los combustibles, que abarata el precio de los fletes para llevar el carbón al mercado internacional.

Así las cosas, la directiva de Sintracarbón convocó a sus bases a votar por la huelga, o acepan que el conflicto lo dirima un Tribunal de Arbitramento.

La votación se inició ayer domingo en Puerto Bolívar, punto de embarque del carbón, y continuó este lunes en la mina. Finalizará el 29 de enero, plazo legal para votar la huelga. De esta ser votada, sería el segundo cese de actividades en Carbones del Cerrejón en lo que va de la década. En febrero de 2012 fue la última huelga, y duró 22 días.

Hay mucho inconformismo de los trabajadores por la situación. Entienden que hoy es muy distinta a la de hace dos años, y por eso vemos que mayoritariamente tienen la decisión de votar la huelga si la empresa no mejora sus ofertas. Nos han enviado muchos mensajes de apoyo total a la comisión negociadora y al pliego petitorio”, precisó Aldo Amaya.

Hasta el momento la empresa ha hecho tres propuestas, pero, según Sintracarbón, ninguna resuelve el conflicto colectivo de trabajo. Todas han estado por debajo de las condiciones pactadas en la convención de 2016-2017. La empresa se justifica alegando problemas de mercado, inseguridad jurídica y la fluctuación de los precios del carbón, a pesar de que hoy está a más de 90 dólares la tonelada.

Aldo Amaya dejó en claro que Sintracarbón ha sido propositivo en todo el proceso de negociación. Ha hecho ajustes a algunas de sus peticiones, y ha invitado a la empresa a “negociar en tiempo presente”, o sea, teniendo en cuenta las actuales condiciones, que son totalmente distintas a las de la convención pasada. “Cerrejón ha sostenido una oferta propia de empresas ad portas de la quiebra, a pesar de que la crisis de precios del carbón ya fue superada”, precisó el directivo Sindical.

Agregó que sobre la mesa está una tercera contraoferta del sindicato, que no afecta para nada la sostenibilidad del Cerrejón, ni tiene impacto significativo en la competitividad del negocio. Toda vez que las peticiones de los obreros, de ser acogidas íntegramente por la empresa, apenas representan el 7.68% de las ventas que realizó en el 2016.

Es decir, de cada 100 dólares que recibe, solo requiere 8 para cubrir la nómina de trabajadores que se beneficia de la CCT. Con los 92 restantes tiene para cubrir otras obligaciones y remitir jugosas utilidades a sus accionistas: BHP Billiton, Anglo American y Glencore.

El Cerrejón ocupa hoy 5.600 trabajadores directos, 800 de ellos en la parte administrativa y 4.800 en la operativa, éstos en su gran mayoría afiliados a Sintracarbón, y por lo mismo beneficiarios de la CCT.

Principales puntos del pliego

En cuanto al incremento salarial, el sindicato empezó solicitando el 12%, cifra que ha reducido, pero aún está lejos del 5.55% que ofrece la empresa. Como también hay diferencias grandes en cuanto a los bonos especiales por la firma de la convención. En este punto El Cerrejón ofrece un valor inferior al de hace dos años.

En el tema de educación solicitan que el pago de la matrícula universitaria sea 100%, y que se aumente el número de trabajadores que reciban auxilios y tengan la opción de estudiar.

En lo que respecta a la salud individual y en el trabajo, una de las exigencias es que se paguen a tiempo las incapacidades médicas, ya que los trabajadores enfermos o en discapacidad quedan hasta 3 o más meses en el limbo, sin recibir pagos de la empresa o los fondos respectivos.

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