Entre el pasado 28 de abril y 2 de mayo la Plaza de Toros la Macarena de Bogotá fue momentáneamente rebautizada con el nombre de la Plaza de la Vida, este hecho sucedió durante la realización del “Refugio Humanitario por la Vida de Líderes y Lideresas Sociales” en donde se congregaron más de 2000 líderes con el objetivo de denunciar el asesinato, la estigmatización, la judicialización y constantes amenazas por ejercer su rol de liderazgo en las regiones del país.
Con este refugio se buscó exigir garantías por parte del Estado y de la comunidad internacional para la vida y libertad de los líderes sociales y también sensibilizar a la sociedad colombiana sobre esta aterradora problemática.
Durante estos cinco días se llevaron a cabo manifestaciones en diferentes embajadas, acciones culturales y simbólicas, se generaron espacios de debate y construcción de alternativas, en donde se promovieron formas de autoprotección y autocuidado para los procesos y organizaciones sociales como medida emergente en medio de esta profundización del fenómeno de violencia. Algunos de los mecanismos de autocuidado que se propusieron fueron la realización de asambleas humanitarias, espacios autónomos a nivel local en donde las comunidades discutan a profundidad lo que vienen sucediendo y desarrollen propuestas para detener los asesinatos.
Según Olimpo Cárdenas, uno de los miembros de la organización de este evento, una de las propuestas que tomó más fuerza durante el refugio fue la de refugios territoriales: “una forma de ubicar en los territorios espacios físicos con garantías humanitarias, con protección y autoprotección, pero también con participación de la comunidad internacional para que vele por que a esos espacios puedan llegar los líderes y lideresas que tengan amenazas, que vean en peligro sus vidas y puedan tener un espacio físico donde sentirse protegidos sin salir de sus territorios”
Dentro de los mandatos y conclusiones se contemplan 28 medidas y diferentes llamados a organismos nacionales e internacionales como la ONU, entre las medidas se propuso la realización de misiones de verificación y réplicas del refugio a niveles regionales en los lugares en donde más se está presentando el asesinato y persecución contra estas personas. “Los principales frutos fueron lograr que la comunidad internacional se sensibilizara y como en efecto está ocurriendo, se prenunciara ante el Estado colombiano, presionando para que se haga algo para se detenga el genocidio que se está generando en el país”, puntualizó Cárdenas.
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