La adopción de políticas de tasación de las grandes fortunas, y la confiscación de los fondos ilícitos ocultos en las guaridas fiscales en todo el mundo, están entre las propuestas que la Confederación Sindical de las Américas (CSA) formuló para atender la emergencia planetaria provocada por la pandemia del coronavirus.
En su último comunicado, la CSA también se opone firmemente a las políticas de disminución de salarios, despidos masivos, cierres compulsivos o cualquier medida que ponga a las y los trabajadores a pagar el costo de la pandemia. Y alerta sobre las tendencias autoritarias, amenazantes de la democracia, que subyacen bajo el discurso de los estados de emergencia y conmoción para enfrentar la crisis.
Subraya que no se pueden adoptar medidas sin considerar sus impactos económicos, sociales y psicosociales para las y los trabajadores, tales como el teletrabajo, las vacaciones compulsivas, la suspensión de jornadas sin goce de salarios, así como el agravamiento de la violencia domestica hacia las mujeres, producto del confinamiento por la cuarentena.
En representación de sus más de 55 millones de trabajadores y trabajadoras en las Américas, la CSA hace un llamado urgente a la acción de los Estados en defensa de las y los trabajadoras, y de las garantías de los derechos y la democracia. Llama la atención sobre la necesidad de que los elementos de orden político, social y económico en respuesta a la pandemia, sea en favor de la población trabajadora y más vulnerable.
“Se ha paralizado gran parte de la producción del mundo y con ello millones de trabajadoras/es en las Américas se ven afectados de una forma u otra por los cambios laborales, muchos de éstos enfocados en aspectos económicos y con claras repercusiones en los derechos humanos y laborales”, dice la CSA.
Los efectos directos sobre la región aún no están estimados, señala, pero ante un cuadro de recesión económica y aumento de la desigualdad, como el que se ha registrado en los últimos años, es de estimar que sus consecuencias sean aún más nefastas para los y las trabajadoras.
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Recuerda la última evaluación de la OIT sobre la pandemia, en el sentido de que el Covid-19 podría dejar a 25 millones de personas desempleadas en todo el mundo. En esa dirección, la confederación sindical demanda de los gobiernos la adopción de medidas urgentes para mitigar los efectos negativos provocados por la parálisis económica global.
“Es indispensable la solidaridad internacional coordinada para poder salir adelante y atender la pandemia sin que los más afectados sean los trabajadores y los pueblos… La crisis encontrará la mejor salida posible si los gobiernos priorizan la vida, la salud, los empleos, los salarios y la protección de las personas frente a los intereses de las grandes empresas y el capital financiero”, subraya CSA.
Asimismo, el Estado debe actuar firmemente frente a las empresas que prestan servicios de alimentación, salud y otros necesarios para la vida de la gente, e impedir que sobre ésta se imponga el interés de la ganancia.
Señala la necesidad de poner en el centro de la respuesta a las personas en situación de mayor vulnerabilidad, como las y los trabajadores de los sectores de la salud, alimentación, aseo urbano y otros que están en primera línea de lucha contra el virus; a los trabajadores informales, empleadas domésticas, personas que viven en situación de calle y pobreza extrema.
Alerta sobre tendencias autoritarias
En su comunicado, la Confederación Sindical de las Américas lanza una alerta sobre las tendencias autoritarias y amenazas a la democracia que, bajo el discurso de los estados de emergencia y conmoción interna para enfrentar la crisis, en verdad se traducen en disminución de los espacios democráticos, los derechos políticos y el ataque a conquistas históricas de las sociedades.
De manera puntual denuncia las medidas adoptadas por varios gobiernos conservadores de tendencias autoritarias, que están aprovechando la pandemia para adoptar políticas de destrucción de derechos, criminalización de la acción sindical y represión del legítimo descontento social ante los efectos sociales y económicos de la crisis.
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“Reconocemos y acompañamos las iniciativas de algunos gobiernos por atender la crisis con criterios de mayor equidad y justicia. Hacia ellos expresamos nuestra disposición de seguir fortaleciendo medidas de emergencia y políticas públicas permanentes”, dice la CSA.
Al tiempo que expresa su solidaridad y aliento a las organizaciones sindicales de todos los países, que en condiciones extremadamente desfavorables mantienen la defensa de los derechos de las y los trabajadores, en contra de aquellos gobiernos y empleadores que pretenden aprovecharse de la crisis para profundizar la precariedad de la población.
“Desde la CSA acompañaremos las diversas iniciativas sindicales y sociales que se están adoptando para promover la protección de la población y los de la clase trabajadora frente a la crisis”, finaliza el comunicado.
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