Carbonífera del suroeste antiqueño despidió 7 trabajadores tres días después de que crearan sindicato

Foto Caracol Radio
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La región carbonífera del suroeste antioqueño no ha sido campo “abonado” para que pelechen los sindicatos. Los pocos que han existido han durado poco o han sido fuertemente golpeados, en unos casos por efecto de la liquidación o cambio de propiedad de las empresas, en otros por la política antisindical de éstas, y en no pocos casos por la acción del paramilitarismo, que en esta región estuvo en auge por más de una década.

Por eso no extraña que a la empresa Sparta Minerals SAS, propietaria de la mina Nechí, en límites entre Amagá y Fredonia, no le haya temblado la mano para despedir a 7 trabajadores que crearon un sindicato, precisamente para defenderse de los atropellos de esta empresa, presente en la región desde diciembre de 2014, cuando compró esta mina a Sator, filial del Grupo Argos.

Los 7 despedidos pertenecen a la Unión Sindical Minera del Suroeste Antioqueño, Usmis, organización creada el pasado sábado 12 de noviembre durante una asamblea realizada en el recinto del Concejo de Amagá. El acta de constitución fue firmada por 30 trabajadores, y de inmediato se notificó a la empresa, cuyo domicilio principal está en Bogotá. Posteriormente se registró en la oficina regional del Ministerio de Trabajo.

Pero el martes pasado, apenas 3 días después de creado el sindicato, los 7 trabajadores recibieron una carta en la que la empresa les notificó que ya no necesitaba sus servicios

Pero el martes pasado, apenas 3 días después de creado el sindicato, los 7 trabajadores recibieron una carta en la que la empresa les notificó que ya no necesitaba sus servicios, por lo que procedía a su despido sin justa causa con la indemnización que la ley estipula.

Es claro que se trata de una acción selectiva de retaliación por el “atrevimiento” de estos trabajadores a crear el sindicato, pues 6 de los 7 despedidos pertenecen a su junta directiva, entre ellos su presidente Carlos Mario Suaza. Una acción ilegal, valga decirlo, porque viola el fuero circunstancial que los protege, tanto por ser miembros fundadores del sindicato como por ser dirigentes del mismo.

Además, son trabajadores con antigüedad. El de menos lleva 9 años de servicios, y el de más lleva 24 años, pues se trata de una empresa que a lo largo de los años ha cambiado varias veces de propiedad conservando su planta de personal, por sustitución patronal. Primero se llamó Karminales, después Carbones Nechí (hasta el año 2010), luego Carbones del Caribe, que le vendió a Sator, que a su vez le vendió a Sparta Minerals.

 

La empresa no está para “botar la plata”


Esparta Minerals SAS es una compañía bogotana con negocios en el ramo del transporte y la minería. El carbón que en el 2015 extrajo de la mina Nechí tuvo un valor comercial de $14 mil millones.

Desde el mismo momento en que tomó posesión de esta mina se dio a la tarea de eliminar los beneficios que el anterior patrón mantenía para los cerca de 300 trabajadores que laboran en ella en tres turnos las 24 horas. Según Carlos Mario Suaza, les hizo saber a los trabajadores que, a diferencia del patrón anterior, les retiraba los beneficios extralegales porque, textualmente: “no estaba para botar la plata”. Beneficios que eran resultado de su antigüedad en la empresa, y consistían en una prima por Semana Santa, una fiesta para los hijos de los trabajadores en diciembre, y una bonificación por antigüedad.

Y en marzo de este 2016 le dio otro “vuelta de tuerca” a su política de precarización laboral: obligó a los trabajadores del socavón a firmar un otrosí a sus contratos, por el cual les cambiaba el régimen salarial,

Y en marzo de este 2016 le dio otro “vuelta de tuerca” a su política de precarización laboral: obligó a los trabajadores del socavón a firmar un otrosí a sus contratos, por el cual les cambiaba el régimen salarial, que ya no sería al destajo, es decir, de acuerdo con la cantidad de material que extrajeran, modalidad establecida por los anteriores patrones, sino por pago del salario mínimo legal. Cambio que supuso una sensible desmejora en sus ingresos, pues al destajo éstos eran superiores al salario mínimo legal.

La gran mayoría de los trabajadores firmó el otrosí, pues de eso dependía su continuidad en la empresa. Pero 13 no lo quisieron firmar, por lo que fueron retirados de sus puestos habituales y los pusieron en oficios varios y otros empleos por fuera de la mina, ganando el salario mínimo, con el fin de que se aburrieran y renunciaran. Fue ahí cuando buscaron la forma de organizarse en sindicato, para lo cual solicitaron la asesoría de la Escuela Nacional Sindical, y crearon a Usmis, sindicato afiliado a la CUT. Además, están en trámites para hacer una afiliación paralela a Sintracarbón, el sindicato más importante de la industria carbonífera.

Según el presidente de Usmis, lo del cambio de contrato y degradación de las condiciones laborales no son los únicos problemas que afrontan los trabajadores en la mina Nechí. Menciona la ausencia de un buen sistema de transporte, que los obliga a caminar más de una hora para llegar al tajo de trabajo; se queja del estrés laboral y las altas temperaturas en la mina, del maltrato por parte de directivos, de la prohibición de conversar o reunirse en grupos, y de problemas de seguridad industrial. Además, denunció que el pago de la seguridad social lo hace la empresa por debajo del salario mínimo.

Una vez que nos despidieron, la empresa nos pidió que nos reuniéramos para arreglar lo de la indemnización. Pero nosotros no vamos a hacer ningún arreglo, vamos a hacer las acciones legales que nos han aconsejado los asesores, porque es un despido ilegal”, señaló Suaza.

La primera acción fue una acción de tutela ante un juez para proteger el derecho de asociación sindical que les ha sido vulnerado.

 

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