Por despedir trabajadores enfermos, juez ordena 3 días de arresto al presidente de Colmotores

Trabajadores despedidos enfermos por Colmotores, en mitin ante a la Embajada de Estados Unidos.

Tres días de arresto para Pavlou París, presidente y gerente de la General Motors Colombia (Colmotores), ordenó un juez de Bogotá por desacato de la tutela que le ordena reintegrar a 12 trabajadores despedidos en estado de enfermedad.

Facsimil del fallo de tutela del Juez 6° Penal de Bogotá.

Es el último episodio del conflicto que de años atrás mantiene Colmotores con los trabajadores que ha despedido enfermos, una práctica que parece ser una política de esta multinacional norteamericana, dado el alto número de trabajadores que hoy reclaman por haber sido despedidos a pesar de padecer enfermedades contraídas en el desempeño de su trabajo; tantos que hasta tienen una asociación que los representa.

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Según Liliana Quemba, abogada que asiste jurídicamente a la Unión de Trabajadores Enfermos de General Motors (UTEGM), el conflicto que hoy tiene al presidente de Colmotores al borde de un arresto de 3 días, empezó el 26 de julio de 2016, cuando la empresa, aduciendo baja de su producción por la depresión en la venta de vehículos, recortó personal y salió de 120 trabajadores de su planta ubicada al sur de Bogotá, entre ellos 40 con algún tipo de lesión o enfermedad, y por lo mismo protegidos por la norma de estabilidad laboral reforzada.

Testimonio de Jorge Hernández, trabajador de Colmotores despedido enfermo:

El despido de esos trabajadores enfermos sin la autorización expresa del Ministerio de Trabajo, le valió a Colmotores una multa de más de $600 millones impuesta por este Ministerio en mayo de 2016. El ente oficial verificó que la empresa tenía conocimiento previo de que 40 de los despedidos estaban enfermos, pues sus historias clínicas reposaban en su departamento médico.

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Simultáneamente, los trabajadores despedidos enfermos interpusieron acción de tutela, la cual protegió sus derechos en ambas instancias. Fue así como 24 de ellos lograron su reintegro en el mes de diciembre, con la directiva de ubicarlos en cargos livianos, acordes con sus limitaciones físicas.

Pero en abril de este 2007, de los 24 enfermos reintegrados la empresa despidió a 12, o sea a la mitad. Ante esta reincidencia, y en procura de proteger sus derechos de nuevo vulnerados, los trabajadores volvieron a interponer tutela, cuyo fallo del 6 de julio salió a su favor.

En efecto, el juez 6° Penal Municipal con Funciones de Control de Garantías de Bogotá ordenó apertura del desacato y dio 48 horas de plazo para el reintegro de los despedidos; orden que la empresa no acató y por tal razón el juez la sancionó con multa de 5 salarios mínimos legales y arresto de 3 días a su presidente y representante legal, el ciudadano austriaco Pavlou París.

La sanción aún no se ha hecho efectiva porque está en trámite de apelación, explicó a esta agencia la abogada Liliana Quemba. Pero hasta ahora la empresa aún no se ha pronunciado ni ha hecho los reintegros ordenados por el juez. Esto en contravía de lo que siempre ha pregonado: que es una empresa que cumple las órdenes judiciales colombianas. Esta vez se niega a cumplirlas.

Una “fábrica” de enfermos

La planta de Colmotores al sur de Bogotá no solo produce vehículos marca Chevrolet en todas sus gamas y clases, también produce trabajadores enfermos a granel, personas que en muchos casos no llegan ni a los 40 años de edad, pero ya están seriamente afectadas por enfermedades y lesiones osteomusculares de todo tipo: manguito rotador en hombros, síndrome del túnel carpiano, discopatías y hernias en la columna, epicondilitis, entre otras, como resultado de movimientos repetitivos y la carga reiterada de materiales pesados.

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Testimonio de Johnatan, trabajador enfermo despedido:

Esto porque, según la abogada Quemba, General Motors no ha realizado en su planta de Colombia las ayudas ergonómicas ni la mecanización de las tareas más pesadas, que sí ha implementado en otros países. Y el resultado es el elevado número de trabajadores que se enferman o lesionan, y que después despide sin ninguna consideración ni indemnización.

En uno de los informes de sostenibilidad de la empresa dice que las ayudas ergonómicas llegaron a partir del 2012, antes no tenían. Han traído algunos robots y cosas pequeñas, pero el problema sigue”, aseguró la asesora jurídica de la UTEGM.

Otro asunto que complica la situación –agregó– es que la empresa ha venido tercerizado los puestos que antes ejercían las personas con algún grado de discapacidad, y ya tiene pocos disponibles para ubicarlas. “Pero ese es un problema que debe resolver la empresa, no tienen por qué padecerlo los trabajadores enfermos”, señaló la abogada Quemba.

Informó que ha sido difícil que los medios de comunicación de Colombia acojan la denuncia de los atropellos de la General Motors contra los trabajadores enfermos. Más han avanzado en las denuncias en Estados Unidos, concretamente en Detroit, la casa matriz de la multinacional, donde han recibido respaldo por parte de su sindicato. También han tenido apoyo de la CGT de España.

El drama de los 12 trabajadores enfermos que hoy reclaman su reintegro, se suma al que desde hace 5 años padece otro grupo de trabajadores despedidos por Colmotores en las mismas circunstancias; trabajadores que enfermos, abandonados y prácticamente viviendo de la calidad, siguen en resistencia en una carpa que desde entonces instalaron frente a la Embajada de Estados Unidos en Bogotá.

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