Santos perdió el año con los trabajadores (Informe largo)

Balance económico, laboral y sindical del cuatrienio 2010-2013

El Plan Nacional de Desarrollo “Prosperidad para Todos” tenía como metas el crecimiento de la economía en 6,2%, el crecimiento de los ingresos, y la disminución del desempleo a un digito: 8,9%; además la creación de 2,4 millones de empleos nuevos hasta 2014 y la formalización de 500.000 puestos informales. Lo anterior se lograría a través de las denominadas “locomotoras” del crecimiento, las cuales se esperaba que crecieran más de 10% y así lograran arrastrar otros “vagones” de la economía y generar empleos.

Así mismo, prometía políticas que maximizarían el impacto social y conducirían a una mayor cohesión social a través de la generación de empleo, la educación y la igualdad de oportunidades, además de promover la participación ciudadana y la responsabilidad social. Sin embargo, luego de 4 años de gobierno, el panorama es desalentador, ya que perdura, y en algunos casos se agudiza, la desigualdad, la informalidad, la tercerización, la precariedad laboral, la desprotección social, las prácticas antisindicales, la violencia antisindical y la impunidad de los crímenes cometidos contra sindicalistas. En este cuatrienio el déficit de trabajo decente no cesa y, por el contrario, retrocede en algunos aspectos, todo por la falta de voluntad del gobierno para adoptar verdaderas políticas públicas que transformen la dramática realidad social, laboral y sindical del país.

Con un ingrediente adicional: el gobierno Santos no solo le incumplió a los trabajadores colombianos, también incumplió tres importantes compromisos laborales internacionales: el Plan de Acción Laboral firmado con el presidente Barack Obama como condición para la firma del TLC con Estados Unidos; la denominada “Hoja de Ruta”, que es la cláusula laboral  incluida en el TLC con la Unión Europea; y las recomendaciones de la Misión de Alto Nivel de la OIT que visitó a Colombia a principios de 2011.

Si bien entre 2010-2013 creció la economía, lo hizo por debajo de lo prometido: 4,7% en promedio, lo que no es suficiente para disminuir la desigualdad y generar trabajo decente.

Si bien entre 2010-2013 creció la economía, lo hizo por debajo de lo prometido: 4,7% en promedio, lo que no es suficiente para disminuir la desigualdad y generar trabajo decente. El empleo que se está generando es precario, no les garantiza a los trabajadores mínimos derechos laborales y acentúa los problemas de informalidad y tercerización laboral. Así mismo, la tasa de desempleo disminuyó (hoy se ubica en un dígito), pero aún no cumple la meta, y lo más preocupante es que su decrecimiento se estancó.

En Colombia persiste la desigualdad, la pobreza y la indigencia

Colombia continúa como uno de los países más desiguales de la región, y así lo reconoce el  premio nobel de Economía Joseph Stiglitz, al afirmar que nuestro país “tiene uno de los niveles de desigualdad social más grandes en Latinoamérica…”[1].

El coeficiente de concentración de la riqueza, Gini, está en niveles muy elevados. En 2010 se ubicó en 0,56, presentando leves disminuciones en los años siguientes, en 2012 y 2013 permaneció invariable en 0,539. Lo anterior puede ser consecuencia de un gobierno que focalizó sus esfuerzos en el crecimiento económico, más no en políticas eficientes de distribución de la riqueza con impacto en el mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes y en un mayor progreso social[2]. El crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) no implica de por sí progreso social, por tanto es necesario establecer mecanismos más realistas y cercanos que mejoren las condiciones de vida de las personas.

La mala distribución de la riqueza en el país se agrava por un sistema tributario que acolita que los más ricos paguen muy pocos impuestos. Según datos de la DIAN, el 1% de los mayores perceptores de ingresos se queda con una quinta parte (20%) de la riqueza nacional[3].

En el tema de pobreza e indigencia, si bien se han visto avances, éstos parecen responder a formulas estadísticas, más que a una política efectiva de erradicación de la pobreza, toda vez que en 2011 se empieza a medir en el país la pobreza multidimensional. Además el gobierno no ha cumplido con la condición necesaria para disminuir estos fenómenos: el funcionamiento del Sistema de Protección Social, que comprendería la seguridad social integral, la promoción social y las políticas y programas de formación del capital humano. En 2010 la tasa de pobreza era del 37,2%, en 2013 fue del 30,6% (13´994.000 de personas pobres). Y la situación es más grave aún en la zona rural, donde la pobreza está 12,2 puntos porcentuales por encima del promedio nacional. En 2010 la tasa de pobreza en el campo era de 49,7% y en 2013 de 42,8%, esto es 4´568.000 pobres. Mientras que la tasa de indigencia, o de pobreza extrema pasó de 25,0% a 19,1%, y a nivel nacional de 12,3% a  9,1%[4].

 Pocos avances en la remuneración de la mano de obra

 Cuando se analizan los ingresos en términos de salarios mínimos, el panorama es desalentador. Las mejoras son pocas y prevalece una mano de obra mal remunerada. En 2010, el 50,5% de los ocupados ganaban menos de un salario mínimo mensual legal vigente (smmlv), en 2011 y 2012 lo ganaban el 49,2% y 55,1%, respectivamente. En 2013 el 45,33% de los ocupados recibía hasta un smmlv, mientras que el ingreso promedio del país era de $816.646. Este ingreso apenas representa el 97% de la línea de pobreza por hogar[5],  lo que obliga a que más de un miembro del hogar debe ingresar al mercado de trabajo. Este ingreso equivale a 1.2 veces el salario mínimo, mientras que en Argentina equivale a 2.3 veces, 2.4 veces en Uruguay y en Chile, y 2.5 veces en Brasil.

Las “locomotoras” del crecimiento no arrancaron

Las “locomotoras” escogidas por el Gobierno Santos para jalonar el crecimiento de la economía fueron: infraestructura, agricultura, vivienda, minería e innovación. Éstas no solo no crecieron como se esperaba, sino que tuvieron poco impacto en la generación de trabajo decente. Analizando el crecimiento económico con base en las variaciones del PIB en los últimos 4 años (2010-2013), se evidencian retrasos en el desempeño de las “locomotoras” y en el alcance de las metas propuestas. El crecimiento promedio de la economía en estos 4 años fue de 4,7% y para el 2013 de 4,3%, casi dos puntos porcentuales por debajo de la meta. En este último año la economía estuvo jalonada por sectores distintos a las “locomotoras”, como la construcción (9,8%), los servicios (5,3%), la agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca (5,2%), la Explotación de minas y canteras y el suministro de electricidad, gas y agua (ambas con el 4,9%).

Preocupa lo sucedido con la industria manufacturera, pues es un sector que viene decreciendo: -1,1% en 2012 y -1,2% en 2013, provocando, para el último año, una pérdida de 124.000 puestos de trabajo. Lo anterior llama la atención, pues la economía se está desindustrializando y no está generando trabajo decente. El empleo en este sector se caracteriza por agrupar el mayor número de trabajadores a los que se les garantiza sus mínimos derechos laborales.

Observando el desempeño de las locomotoras en este periodo, se encuentra que:

  1. El sector de explotación de minas y canteras se desaceleró. Para inicios de periodo, éste creció 10,6%, en 2011 creció 14,5%, pero en 2012 y 2013 creció a tasas de 5,6% y 4,9% respectivamente. Su impacto en el empleo no fue el esperado, pues es un sector intensivo en capital y que sólo ocupa 1,1% de la población ocupada del país. Además en los últimos dos años eliminó, en promedio, 10.000 empleos: presentó variaciones de -3,46% y -4,93% para cada año.
  2. La construcción ha mostrado una recuperación destacada. Si para el 2010 decreció 0,1%, en 2013 fue uno de los jalonadores del crecimiento, con un aumento de 9,8%. En materia de empleo, en los 4 años este sector ha tenido una participación promedio de 5,7% en el total de ocupados, destacándose su variación en 2011 y 2012, cuando el empleo en el sector creció a 9,37% y 8,49% respectivamente. Vale la pena recordar que una característica de este sector es su mano de obra precarizada y expuesta a altos riesgos laborales. En 2013 el empleo en el sector disminuyó en 1,77%, y se reflejó en la eliminación de 22.000 puestos de trabajo.
  3. La agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca ha presentado una mejora en su tasa de crecimiento. En 2010 este sector creció sólo 0.2%, recuperándose en los años siguientes. En 2013 tuvo tasa de crecimiento de 5,2%, destacándose como el tercer sector en aumento. Pero en materia de empleo la situación de este sector es diferente, viene cediendo participación. El 2010, de cada 100 ocupados, 18,5 se encontraba en el agro; sin embargo, para 2013, de cada 100 ocupados el sector aportaba 16,8 ocupados. Y no sólo cede participación sino que en los últimos dos años eliminó empleos: en 2012 decreció en 0,33% y en 2013 decreció aún más: -2,02%. Entre 2012 y 2013 se eliminaron 73.000 empleos.
  4. En el tema de innovación, con la creación del nuevo Sistema General de Regalías en 2012 se destinaron $869.008 millones para la financiación de proyectos y programas del sector. El porcentaje del PIB que fue invertido fue de 0,45%. Y aunque antes de las regalías solo se invertía el 0,18% del PIB en investigación, en 2014 sólo se llegaría a un 0,50%, cuando lo ideal es que sea por lo menos el 1% del PIB[6].

El desempleo disminuye, pero ¿a qué precio?

 El empleo en el país viene aumentando. En 2013 la tasa de ocupación fue 58,0%, 2,6 puntos porcentuales por encima de la de 2010, cuando fue 55,4%. Se pasó de 19´213.000 ocupados a 21.048.000. Sin embargo, cuando se analiza la variación de un año a otro se evidencia que la creación de empleos viene desacelerándose. En 2010 el empleo creció en 4,3%, representando 793.000 nuevos empleados, para el 2011 la tasa de crecimiento fue de 4,2% (806.000 nuevos empleos), pero en 2012 creció 3,4%, aportando 677.000 nuevos empleos, y en 2013 el empleo sólo creció 1,7%, con un incremento absoluto de sólo 352.000 nuevos empleos, menos de la mitad de los que se generaron en años anteriores.

En 2013 el 79,2% de los ocupados se concentraba en dos sectores ocupacionales: empleado particular y trabajadores por cuenta propia. Estos últimos participaban con el 42,8% en el total de ocupados (9 millones de trabajadores). Cabe recordar que esta categoría hace parte de lo que la OIT considera empleo vulnerable, que junto con los trabajadores familiares auxiliares, representan el 48% del total del empleo en el mundo. Las personas con empleos vulnerables están más expuestas que las y los asalariados, al tener acceso limitado, o no tener acceso, a la seguridad social o a un ingreso seguro. Estas personas están expuestas a decisiones arbitrarias de los empleadores; no tienen la posibilidad de ser representadas por sindicatos que puedan negociar colectivamente; y además no tienen seguridad de ingresos en la tercera edad, cuando sus capacidades productivas están agotadas.

La tasa de desempleo viene disminuyendo. En  2010 fue de 11,8% y en 2013 de 9,6%. Si bien se ha logrado llegar a un dígito, no corresponde a la meta establecida por el gobierno. Además preocupa que el desempleo se haya estancado en su decrecimiento. Su reducción ha sido jalonada más por las caídas en la tasa de participación y el incremento de la tasa  de inactividad (35,8% en 2013), que por un dinamismo en la generación de empleo (para el 2013 creció sólo a 1,7% frente a un crecimiento de 4,3% reportado en 2010). A 2013 existían en el país 2.243.000 desocupados.

En 2010 la tasa de informalidad era de 51,6%, tres años después de 49,4% (reducción de sólo 2,2 puntos porcentuales), para un total de 5´025.000 ocupados informales. Es de recordar que la medición de informalidad para el DANE es por tamaño de empresa de hasta 5 trabajadores,  dejando de lado un aspecto fundamental que define de manera más pertinente y acertada la informalidad, y es el acceso a la seguridad social integral, es decir, el grado de protección que tengan los y las trabajadoras. La informalidad presentó una tendencia a la alza hasta 2012, cuando creció 3,3% con respecto al año anterior, con un total de 165.000 nuevos informales. Sólo en 2013 muestra una ligera disminución de 1,4%, es decir, -72.000 ocupados informales.

Un indicador de especial importancia es la tasa de inactividad[7], la cual se ha mantenido por encima de 35% en el cuatrienio. Para el 2013 la tasa de inactividad fue 35,8% (13´015.000 personas), incrementándose en 2,6% con respecto al año anterior, esto es 325.000 nuevos inactivos. Cuando se habla de la importancia de esta población se alude al impacto que tiene en la tasa de desempleo del país, ya que cuando esta última disminuye puede estar altamente influenciada por la tasa de inactividad. Además como en el mercado laboral la oferta de empleo no se está encontrando con la demanda de empleo, muchos desempleados tienden a desanimarse en su búsqueda y pasan a engrosar la inactividad.

 

Variación promedio anual Nuevos Ocupados Totales Nuevos Desocupados Totales Nuevos Inactivos Totales Nuevos Ocupados Informales
Absolutos Var.% Absolutos Var.% Absolutos Var.% Absolutos Var.%
2009-2010 793.000 4,3 49.000 1,9 -291.000 -2,2 152.000 3,3
2010-2011 806.000 4,2 -138.000 -5,4 -127.000 -1,0 163.000 3,4
2011-2012 677.000 3,4 -32.000 -1,3 -112.000 -0,9 165.000 3,3
2012-2013 352.000 1,7 -151.000 -6,3 325.000 2,6 -72.000 -1,4

 

La metamorfosis de la tercerización laboral

Debido al incremento de formas “atípicas” de contratación el país ha sufrido una transformación en materia de contratación laboral. Como se observa en la tabla siguiente, a medida que el número de Cooperativas de Trabajo Asociado (CTA) y de personal “asociado” comienza a disminuir de 2010 a 2012, se observa el crecimiento análogo y proporcional de trabajadores vinculados a través de Empresas de Servicios Temporales (EST) y de contratos sindicales. En términos absolutos: si para 2010 el total de vinculados por estas tres figuras era de 1´136.016 personas, en 2012 fueron 1´140.606, lo que supone un aumento de la intermediación laboral (haciendo abstracción de su legalidad y/o ilegalidad).

La intermediación laboral continúa pues campeando en el ámbito laboral colombiano, incluso en cifras superiores a las que originaron la Ley 1429/10 y al decreto 2025/11. Hoy la principal forma de intermediación laboral ilegal son las Sociedades por Acciones Simplificada (SAS), las cuales han tenido gran crecimiento. De 2008 a 2012[8] se constituyeron más de 160 mil SAS, de las cuales resulta imposible determinar cuántas operan como tercerizadoras encubiertas. Frente a la explosión numérica de SAS y su cuestionable comportamiento en materia laboral, preocupa que los inspectores del trabajo no hayan adelantado más visitas a estas empresas. Incluso, de acuerdo con datos del Ministerio en 2013, de las 16.195 visitas e investigaciones adelantadas en “empresas,” solo el 6,47% se hicieron en SAS[9].

  Cooperativas de Trabajo Asociado (CTA)[10] Empresas de Servicios Temporales (EST)[11] Contrato Sindical
2010 2011 2012 2010 2011 2012 2010 2011 2012
Número de Trabajadores 610.526 482.168 386.138 514.190 564.580 595.590 11.300 37.064 158.878
% total de ocupados 3,18 2,39 1,87 2,68 2,79 2,89 0,06 0,18 0,77
Número de empresas 4.307 3.478 2.890 50 164 723

 

La situación laboral de las mujeres y los jóvenes: cuentas pendientes y desafíos

Las mujeres es una de las poblaciones más vulneradas en sus derechos laborales. Si bien se ha presentado un avance en materia de participación y ocupación, sigue habiendo diferencias sustanciales con respecto a los hombres, al punto de ser ellas las que más alta tasa de desempleo tienen: 12,7% en 2013, esto es 5,3 puntos porcentuales de la tasa registrada por los hombres, que fue de 7,4%.

La tasa de ocupación de las mujeres fue de 47,1% mientras que la de los hombres fue de 69,4%. En el caso de la tasa global de participación, esta fue de 74,9% para los hombres y 53,9% para las mujeres, lo que significa que de 18.5 millones de mujeres en edad de trabajar, sólo lograron ocuparse 8.7 millones, mientras que en el caso de los hombres lograron ocuparse 12.3 millones.

En 2013, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo (ENUT), las mujeres participan en 22,4 puntos porcentuales menos que los hombres en el trabajo remunerado (34,6% frente a 57% de los hombres) y en 26,3 puntos porcentuales más en el trabajo no remunerado[12] (89,4% frente a 63,1% de los hombres). Además, son las mujeres las que dedican más del doble de su tiempo en las labores del cuidado. El 34,6% de ellas destinan 7 horas 17 minutos al trabajo remunerado, y el 89.4% destina 7 horas 23 minutos al trabajo no remunerado. La diferencia frente a los hombres es notable: el 57% dedica mayor tiempo al trabajo remunerado (9 horas 5 minutos), y menos de la mitad del tiempo que las mujeres al no remunerado (solamente 3 horas 10 minutos). De este modo, las mujeres trabajan 14 horas 40 minutos en un día, mientras que los hombres trabajan 12 horas 15 minutos.

En el caso de los jóvenes, de acuerdo con la meta establecida en el Plan Nacional de Desarrollo, la tasa de desempleo era una tímida y limitada tasa de 17,5% cuando el promedio de América Latina es de 13%. Para 2010 la tasa de desempleo juvenil era del 19% y en 2013 de 15,5%, esto es una reducción de 3,2 puntos porcentuales. Según estos los datos la meta se cumplió y superó, sin embargo, se encontró que en el último año, el 31,6% de los jóvenes eran cuenta propistas y se ubicaban en sectores como el comercio y los servicios, o sea sectores que no son claves para la intervención e inversión estatal.

Durante el cuatrienio se puede observar una reducción sostenida de la tasa de desempleo hasta de un punto entre años. En términos absolutos, el mayor impacto se dio entre el año 2012 y 2013, cuando 108 mil jóvenes encontraron trabajo. No obstante la tendencia de disminución del desempleo juvenil, esto solo representó en términos absolutos 194 mil jóvenes desempleados menos en el periodo de 4 años, una cantidad que no corresponde a la información del Departamento de Planeación Nacional, según el cual se crearon 600 mil puestos formales de trabajo para jóvenes a partir de la ley de primer empleo.

Otro factor que caracteriza y limita el mundo laboral juvenil tiene que ver con la normatividad. La ley 1429 de 2010, de primer empleo, y la ley 789 de 2012 sobre contrato de aprendizaje, más que tener efecto positivo en esta población, lo que produjo fue la restricción al acceso de derechos laborales, tales como la pertenencia a una organización sindical, a un salario justo, a la estabilidad laboral, entre otras prohibiciones. Según el DANE, desde la creación de la ley del primer empleo en 2010 sólo el 2.7% de las 237.147 empresas que se crearon en el año siguiente cumplieron con los parámetros propios de esta nueva ley.

La OIT ha insistido en la importancia de centrarse en los jóvenes, debido a que el desempleo o las malas condiciones laborales para esta población amenazan las perspectivas laborales futuras de las personas, disminuyen el ahorro y la demanda global en las economías, y pueden aumentar la exclusión y la inseguridad social.

Protección social: una deuda con los trabajadores y trabajadoras

Cuando se analizan las estadísticas sobre afiliación a la protección social, en los últimos 4 años se evidencia un trabajo informal, precario y sin protección social sin cambios significativos. En materia de salud, la población ocupada cotizante al régimen contributivo en 2013 representó el 47,4% del total de ocupados, sólo 1,2 puntos porcentuales por encima del representado en 2012, cuando los afiliados cotizantes fueron el 46,2% del total de ocupados. Sorprende el alto porcentaje de ocupados que hacen parte del régimen subsidiado de salud, pues en el período de análisis siempre han representado más del 40% del total de ocupados.

En materia de afiliación a pensiones los avances no han sido significativos, ya que menos de la tercera parte de la población ocupada cuenta con esta protección. Para el 2013, el 32,7%  (6´880.000) de los ocupados estaba afiliado como cotizante a pensiones, 1,7 puntos porcentuales más de lo representado en 2012.

En cuanto a la afiliación en riesgos laborales, la situación es aún más preocupante, ya que durante el periodo de análisis más del 60% de la población ocupada estaba excluida de esta protección. Para 2013 sólo el 39,3% de los ocupados estaba afiliado al sistema de riesgos laborales, lo que evidencia una disminución en la cobertura con respecto al año anterior, pues hubo una variación de -1,9% en la afiliación, expulsando a 161.831 ocupados del régimen.

Y las estadísticas sobre afiliación a las cesantías reiteran la precarización que está sufriendo la mano de obra. Vale la pena recordar que esta es una prestación social de la que se benefician los trabajadores que cuentan con un contrato de trabajo que garantiza todos sus derechos laborales, y que es reconocida por el empleador para que los trabajadores puedan atender sus necesidades básicas en caso de quedar cesantes. En el período 2010-2013 menos del 30% de los ocupados se encontraba afiliado a cesantías, representando en promedio sólo 5´850.584 trabajadores y trabajadoras. La preocupación latente es por ese 70% de ocupados que se encuentran excluidos de esta prestación.

 

Concepto 2010 2011 2012 2013
Total
afiliados
Part. % del total de ocupados Total afiliados Part. % del total de ocupados Total
afiliados
Part. % del total de ocupados Total afiliados Part. % del total de ocupados
Ocupados 19213000   20020000   20696000   21048000  
Salud 17037000 88,7 17880000 89,3 18535000 89,6 19039000 90,5
*Contributivo 8570000 44,6 9209000 46,0 9564000 46,2 9984000 47,4
*Subsidiado 7972000 41,5 8169000 40,8 8406000 40,6 8462000 40,2
Pensiones 5734000 29,8 6018000 30,1 6421000 31,0 6880000 32,7
Riesgos Laborales 6813596 35,5 7499379 37,5 8431781 40,7 8269950 39,3
Cesantías 5549257 28,9 5785223 28,9 5907072 28,5 6160784 29,3
Cajas de Compensación Familiar 6054970 31,5 6476811 32,4 6799588 32,9 6989643*  

Fuente: La información sobre afiliados a salud y pensión es tomada de la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH) del DANE. La información sobre riesgos laborales es tomada de la Federación de Aseguradores Colombianos (Fasecolda). La información de las Cajas de Compensación Familiar es tomada de la Asociación Nacional de Cajas de Compensación Familiar (Asocajas). Los datos de cesantías son tomados de la Superintendencia Financiera de Colombia.

Nota: *información a junio de 2013.

 Dinámica de la negociación colectiva: el incremento de los contratos sindicales

En el 2013, el avance más importante que tuvo el país en materia de diálogo social fue la negociación colectiva en el sector público, proceso que permitió un acuerdo nacional que benefició a unos 800 mil trabajadores. Sin embargo, este avance se vio menoscabado por la utilización antisindical de los pactos colectivos y de los tribunales de arbitramento, y por el incremento de la tercerización ilegal, principalmente en el sector de la salud, sector en el que, para eludir la prohibición de subcontratar a través de falsas cooperativas de trabajo asociado, se promovió la conformación de falsos sindicatos con los que luego se negociaron el 97,4% (939) del total de contratos sindicales en el país.

En el último año se depositaron en el Ministerio de Trabajo 204 pactos colectivos, y a lo largo de la última  década se negocian un promedio de 190 pactos por año. Los pactos colectivos son una de las estrategias utilizadas por las empresas para debilitar a los sindicatos, o para impedir que éstos se formen en las empresas.

El 64% de los convenios colectivos de trabajo se concentraban en los contratos sindicales (52,8%) y en los pactos colectivos (11,2%). Con un sorprendente incremento de los primeros en los últimos años: en 2012 crecieron 329%, y en 2013 lo hicieron en 37,1%.

 

Tipo Convenio 2010 2011 2012 2013
Casos % Casos % Casos % Casos %
Contrato sindical 50 9,62 164 25,79 703 57,39 964 52,8
Convención colectiva 246 47,31 304 47,80 307 25,06 459 25,1
Pacto colectivo 224 43,08 168 26,42 215 17,55 204 11,2
Acuerdo Sector Público . . . . 200 10,9
Total 520 100 636 100 1.225 100 1827 100
             Fuente: Ministerio del Trabajo, cálculos de la ENS

 

Violaciones de la vida, la libertad e integridad cometidas contra sindicalistas

El gobierno implementa medidas, pero la violencia antisindical no cesa. En el último cuatrienio ésta siguió siendo una práctica permanente para impedir el libre ejercicio de la actividad sindical en Colombia. En este periodo se registraron por lo menos, 2.291 violaciones a la vida, la libertad y la integridad cometidas contra sindicalistas, 627 contra mujeres y 1.664 contra hombres. Fueron asesinados 139 sindicalistas, se presentaron 57 atentados de muerte, 18 desapariciones forzadas, y unas 1.634 amenazas, sin que existan avances significativos en las investigaciones, sin que se inicien juicios y sin que  se logren condenas y capturas.

Violaciones a la vida, libertad e integridad, cometidas contra sindicalistas 2010-2013[13]

Año 2010 2011 2012 2013 Total general
Tipo de violación N° Casos N° Casos N° Casos N° Casos N° Casos
Amenazas 408 542 444 240 1634
Desplazamiento forzado 46 51 90 2 189
Hostigamiento 19 61 50 38 168
Homicidios 53 30 22 34 139
Detención arbitraria 4 16 20 19 59
Atentado con o sin lesiones 22 12 7 16 57
Desaparición forzada 10 3 5 18
Secuestro 6 3 2 11
Allanamiento ilegal 3 1 3 2 9
Tortura 3 2 2 7
Total general 574 721 643 353 2291
             Fuente: Sistema de Información en Derechos Humanos, SINDERH, ENS.

Persiste la impunidad, son leves los avances en las investigaciones de crímenes contra sindicalistas. De acuerdo con información proporcionada por la Fiscalía General respecto de los casos de crímenes contra sindicalistas, a octubre de 2013 hubo 598 sentencias, lo que no quiere decir que todos estos casos han salido de la impunidad, si se tienen en cuenta varios factores: 598 sentencias no se refieren necesariamente a 598 víctimas sindicalistas, porque pueden presentarse varias sentencias sobre un mismo caso[14]; porque no son en su totalidad sentencias condenatorias, es decir, entre éstas hay sentencias absolutorias; porque no son todas decisiones de última instancia, o porque no cumplen con estándares internacionales y no son suficientes para permitir la concreción del derecho a la verdad.

 Dinámica de la movilización sindical y laboral

La protesta sindical y laboral aumentó, pero las condiciones de las y los trabajadores no mejoraron. De acuerdo con el seguimiento realizado por la ENS, entre 1991 y 2013 se registraron al menos 2.277 acciones colectivas sindicales y laborales, de las cuales 1.061 ocurrieron en los últimos 4 años. Es decir, el 46,5% de las protestas, lo cual indica un avance sustancial. El promedio histórico de acciones por año pasó de 103 a 265.

En cuanto al tipo de movilización,  la tendencia en estos 4 años destaca en primer lugar  las jornadas o manifestaciones, que concentran un 68,4%, seguido de los ceses de actividades, que agrupan un poco más de una cuarta parte del total de las acciones. Respecto a las motivaciones que agitaron las protestas, las políticas generales o de Estado (política económica, laboral, social y ambiental) se convirtieron en el detonante principal de la movilización de trabajadoras y trabajadores, agrupando alrededor de una tercera parte de las acciones. En segundo lugar, un 25,3% de las protestas fueron motivadas por el incumplimiento de las obligaciones del empleador, siendo el no pago de salarios el más destacado, lo cual refleja la ausencia de derechos y garantías hacia los trabajadores.

Se destacan las protestas en el sector transporte y agrario, en donde los trabajadores evidencian la violación permanente de sus derechos laborales, teniendo como común denominador la informalidad y precarización de la mano de obra.

Como se puede observar los retos para el próximo gobierno deberían enfocarse en políticas que logren la efectiva redistribución de la riqueza; en el progreso social más que en crecimiento económico; en la generación de empleo en condiciones de trabajo decente; en la regulación, vigilancia y control de la intermediación laboral; en la afiliación a la seguridad social integral de todos los trabajadores; en el libre derecho de asociación sindical y representación, así como en el derecho a la negociación colectiva, la huelga, la participación y la consulta, entre otros problemas

[1] Castro, Cristián. Stiglitz: “Si yo fuera Santos…”. Disponible en http://www.semana.com/nacion/articulo/el-premio-nobel-de-economia-joseph-stiglitz-le-da-consejos-santos/383153-3

[2] El progreso social tiene en cuenta el acceso a las necesidades humanas básicas, a las oportunidades, a la educación superior y a la seguridad personal.

[3] Kalmanovitz, Salomón. “La inequidad de Colombia”. Disponible en: http://www.elespectador.com/opinion/inequidad-de-colombia-columna-487823

[4] DANE. Gran Encuesta Integrada de Hogares, 2013.

[5] DANE, Pobreza monetaria y multidimensional 2013. Boletín de prensa, pág. 5.

[6] Betín, Tomás. “Cómo van las “locomotoras” de Santos en tres años de gobierno?. Disponible en: http://www.elheraldo.co/noticias/nacional/como-van-las-locomotoras-de-santos-en-tres-anos-de-gobierno-119674

[7] La población económicamente inactiva comprende a todas las personas en edad de trabajar que no participan de la producción de bienes y servicios porno no necesitan, no pueden o no están interesadas en tener actividad remunerada. A este grupo pertenecen estudiantes, amas de casa, pensionados, jubilados, etc. La tasa de inactividad puede incrementarse cuando la duración del desempleo es tal que las personas se cansan en la búsqueda de empleo y deciden dejar de hacer presión en el mercado de trabajo, o puede disminuir, cuando los llamados “miembros secundarios” del hogar, amas de casa y estudiantes, deben salir al mercado a buscar empleo como consecuencia del incremento en la tasa de desempleo de los jefes de hogar, todo con la intención de no ver afectados los ingresos del hogar.

[8] Periódico Portafolio: “Colombia ya cuenta con 160.000 SAS creadas”, 5 de julio de 2012, http://www.portafolio.co/negocios/colombia-ya-cuenta-160000-sas-creadas.

[9] Datos tomados de: Dirección General de Inspección, Vigilancia y Control y Gestión Territorial, Información Estadística 2013, entregada a la ENS el día 14 de marzo de 2014.

[10] Datos tomados de Coonfecop: desempeño de sector cooperativo colombiano, años 2010 (pág. 30), 2011 (pág. 67) y 2012 (P.p. 123-126). Descargables en: http://www.confecoop.coop/index.php/estudios-y-estadisticas/informes-anuales. Consultado el 15 de febrero de 2014.

[11] Los datos de 2010-2011 están tomados de: ACOSET: “datos estadísticos del sector de servicio temporal en Colombia. Año 2012”. En: http://acoset.org/wp-content/uploads/2013/09/ESTADISTICAS-2012-WEB.pdf. Consultado el 15 de febrero de 2014

[12] Trabajo no comprendido en el sistema de cuentas nacionales, según la metodología de la ENUT: Actividades de servicio doméstico no remunerado al propio hogar, actividades de servicio de cuidado no remunerado al propio hogar; trabajo voluntario, directo (Servicio doméstico y de cuidado no remunerado para otros hogares y para la comunidad) e indirecto (Servicios prestado a través de instituciones sin fines de lucro que sirven a los hogares); actividades conexas como traslados relacionados con las actividades de trabajo no comprendido en el sistema de cuentas nacionales.

[13] Las cifras de Sinderh correspondientes al año 2013 son provisionales ya que se encuentran en proceso de consolidación.

[14] Por ruptura de la unidad procesal.

 

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