Relación entre el mercado interno, los salarios y el empleo

(Imagen tomada de RCN Radio)

Mientras más grande sea el mercado interno, más demanda habrá de bienes y servicios producidos, mayor demanda que obligará a las empresas a incrementar su producción y por tanto a emplear más trabajadores.

Por Héctor Vásquez Fernández. Analista ENS

El principal problema que tienen las empresas en Colombia no es de impuestos, ni de costos laborales. Es de mercado, de demanda de los bienes y servicios que producen y venden. Así lo confirman los resultados de las encuestas periódicas que hacen entre sus asociados agremiaciones empresariales como ACOPI y la ANDI.

La última de ACOPI, por ejemplo, para el segundo trimestre de 2018, muestra que el tema que les genera mayor preocupación es la falta de demanda. “Que la falta de demanda haya sido elegida la principal preocupación, explica en parte el comportamiento mostrado por la Inversión, dado que, al no estar seguros de poder mantener su nivel de ingresos, las empresas restringen su interés en poner en marcha proyectos que impliquen una alta carga financiera o de mano de obra”, dice ACOPI.

Por otra parte, la Encuesta de Opinión Industrial Conjunta (EOIC) que realiza la ANDI con Acicam, Acoplasticos, Andigraf y Camacol (enero-mayo de 2018), encontró que los principales obstáculos que enfrentaron los empresarios en los primeros cinco meses del 2018 son, en su orden: falta de demanda, costo y suministro de materias primas, estrategias agresivas de precios, comercialización, volatilidad de la tasa de cambio y contrabando. Y esta opinión no es de ahora, ha sido constante por muchísimos años, como lo puede comprobar cualquiera que revise los archivos de estas encuestas.

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Empresas y mercado interno

En marzo de 2012 Nick Hanauer, uno de los inversores más importantes de Estados Unidos, decía lo siguiente:

Es asombroso como una idea puede dar forma significativa a una sociedad y sus políticas: si los impuestos a los ricos suben, la creación de empleo bajará. Esta idea es una cuestión de fe para los republicanos y da forma a gran parte del panorama económico. Pero a veces, las ideas de las que estamos seguros son correctas o completamente erróneas. Tomen como ejemplo que durante miles de años el ser humano creyó que la tierra era el centro del universo. No lo es, Y si hubiera un astrónomo que aún lo creyese, estaría haciendo una astronomía terrorífica. Del mismo modo, un legislador que crea que los ricos son creadores de empleo y que por ese motivo no deberían recaer impuesto en ellos, estaría igualmente haciendo una política terrorífica. Yo he creado y ayudado a crear docenas de empresas y, al principio, contrataba a mucha gente. Pero si no hubiese nadie en las cercanías que se pudiese permitir comprar lo que nosotros vendíamos, todas esas empresas y trabajos se habrían volatilizado. Y, por ese motivo, digo plenamente convencido, que los ricos no crean empleo, en gran o pequeña medida. En este sentido, un consumidor corriente crea más empleo que un capitalista como yo. Todo el que ha dirigido un negocio sabe que contratar gente es el último recurso de los capitalistas. Es lo que hacemos, única y exclusivamente, si una subida en la demanda en consumo así lo exige. De esa forma, llamarse  a sí mismo creadores de empleo, no solo es incorrecto, es ingenuo. Por eso las políticas existentes están al revés. Cuando las mayores desgravaciones fiscales y los porcentajes impositivos más bajos benefician los ricos, todo en nombre de la creación de empleo, lo único que ocurre es que los ricos se hacen más ricos” Puedes ver el vídeo completo aquí.

Comprender lo dicho por Hanauer es clave para entender la incidencia del mercado interno en la generación de puestos de trabajo, pues es el espacio donde las empresas venden la mayor parte de los bienes y servicios que producen. Colombia no es un país exportador, sus exportaciones apenas representan el 14.6% del PIB, y exportamos principalmente productos mineros, (59% del total exportado), productos que generan muy poco empleo (petróleo, carbón y ferroníquel básicamente), algunos productos agrícolas (bananos, flores y café, etc.), y algunos productos de la industria (químicos, plásticos, papel, maquinaria eléctrica, manufacturas metálicas, vehículos ensamblados, entre otros).

Así que mientras más grande sea el mercado interno, más demanda habrá de bienes y servicios producidos, mayor demanda que obligará a las empresas a incrementar su producción y por tanto a emplear más trabajadores. Como lo indica muy claramente Nick Hanauer, son los consumidores, no los empleadores, los responsables de que se creen nuevos puestos de trabajo. La grandeza de la economía de los Estados Unidos radica precisamente en este hecho: la mayor parte de los productos que produce esta nación no se exportan, se venden en su mercado interno, y la estrategia de la mayoría de los países es cómo penetrar ese mercado.

Mayor demanda significa incremento en la producción de bienes y servicios, es decir, mayor producto interno bruto, o PIB, el cual no es más que un indicador del valor agregado que se genera en cada una de las unidades de producción de bienes y servicios.

 Tabla 1. Componentes del PIB desde la demanda

 

2015 Part.% 2016 Part.% 2017 Part.%
Producto interno bruto 804,692 100.00 863,877 100.00 928,067 100.00
–          Gasto de consumo final individual de los hogares; gasto de consumo final de las ISFLH1 551,013 68.48 596,424 69.04 632,849 68.19
–          Gasto de consumo final del gobierno general 119,188 14.81 125,605 14.54 137,430 14.81
–          Formación bruta de capital 191,305 23.77 200,876 23.25 205,613 22.15
–          Exportaciones 125,936 15.65 125,638 14.54 135,058 14.55
–          Importaciones 182,750 -22.71 184,666 -21.38 182,882 -19.71

 Fuente. DANE.

Ahora, el tamaño del mercado es tan grande como lo permitan sus tres componentes esenciales: el consumo de los hogares, el consumo del gobierno, y el consumo de las empresas. En Colombia el consumo de los hogares representa el 68.48% del PIB, los gastos del gobierno el 14.81%, y los gastos de las empresas el 23.77% (buena parte de este gasto corresponde a productos importados, como maquinaria, equipos y materias primas).

Pero resulta que este mercado es muy pequeño, y así lo indican dos factores: uno, la concentración de los ingresos operacionales en pocas empresas; y dos, los bajos ingresos de la mayoría de los trabajadores colombianos.

Los datos de la Supersociedades y la Superservicios nos dan una idea sobre el primer factor. Nos informan sobre las ventas, o ingresos operacionales, de las empresas sometidas a su vigilancia. De esta información hemos excluido a las empresas que exportan sus productos. Nos quedan en total 22.889 empresas que obtuvieron sus ingresos operacionales derivados en el mercado interno[2]. Del total de estas empresas, el 1.2% eran microempresas, el 37.6% pequeñas, el 43% medianas y el 18.2% grandes empresas.

Tabla 2. Mercado interno y empresas

 

Valor de bienes y servicios distintos a los importados y demandados en 2016 554 billones 100
Muestra de empresas que reportaron ingresos operacionales en el mercado interno. 2016 Empresas % Ingresos operacionales

 

%
Total 22,889 100 503 100/90.8
Microempresas 276 1.2 0.2 0.04
Pequeñas 8,603 37.6 22 4.4
Medianas 9,843 43.0 97.2 19.3
Grandes 4,167 18.2 405.4 80.6/73.2

Fuente: Suepersociedades, Superservicios, Cálculos del autor.

En total, estas empresas obtuvieron ingresos operacionales por un valor de 503 billones, de los cuales el 0.04% correspondió a las micro, el 4.4% a las pequeñas, el 19.3% a las medianas, y el 80.6% a las grandes empresas.

Como  lo indica la tabla 2, en 2016, el valor de los bienes y servicios demandados en el país, distintos a los importados, ascendió a $554 billones. El total de las ventas de estas empresas cubre el 90.8% del mercado de bienes y servicios que se demandaron en 2016 en el mercado interno, dato del que excluimos los bienes importados. Y eso que no estamos incluyendo a las empresas del sector financiero, ni a otras medianas y grandes que no aparecen en los reportes de la Superfinanciera y la Superservicios, por lo que la concentración es mucho mayor. Estas empresas apenas representaron el 1.6% de las inscritas en Confecámaras en 2015.

Esta concentración lo que significa es que el mercado interno es muy pequeño y está dominado por muy pocas empresas: 4.167 grandes empresas, que representan apenas el 0.3% de las empresas inscritas en Colombia, cubren más del 73% del mercado interno diferente al de los bienes importados. La mayoría de estas empresas son grandes empresas transnacionales, que son prácticamente monopolios dominando segmentos amplios del mercado, como Bavaria, Nestlé, Claro/Comcel, el grupo Éxito, Cocacola, Sofasa, CEMEX, Alpina; o pertenecen a los principales grupos económicos del país, como el Grupo empresarial Antioqueño (Nutresa, Argos, Bancolombia y otras), la organización empresarial Luis Carlos Sarmiento Angulo,(El tiempo, grupo AVAL, Corficolombiana y otras), la organización Ardila Lulle, (RCN, Postobón, Ingenio del Cauca, y otras), el grupo Santodomingo, (Caracol TV), el grupo Carvajal, el Grupo Corona.

Estas empresas y grupos han sido determinantes en el diseño de la política económica, tributaria, laboral, etc., eligen presidentes y tienen una gran influencia en el congreso. Y el modelo de desarrollo les ha sido completamente funcional a sus intereses, tanto que las enormes rentas que derivan de su control del mercado interno les ha permitido a las principales empresas de estos grupos, ampliar sus inversiones a otros países de América Latina, inclusive en los Estados Unidos, donde algunas de ellas son hoy multilatinas.

De este resultado se deduce que el resto de empresas, principalmente las micro y pequeñas empresas, ocupan una posición completamente subordinada en este mercado, marginal en la mayoría de los casos, y con condiciones de competitividad y de rentabilidad tan precarias, que a muchas de ellas no les permite siquiera formalizarse y cumplir con la ley laboral. La mayoría de estas empresas lo que necesitan principalmente es encontrar mercado para sus productos y servicios, y apoyo estatal en materia de crédito y de regulación del mercado, de tal manera que se generen las condiciones que les permitan ser rentables y competitivas.

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Salarios y mercado interno

Si el factor más importante del mercado interno está constituido por el consumo de los hogares; si además, este mercado es tan pequeño que pocas empresas, (en su mayor parte grandes empresas), son suficiente para cubrirlo, preguntémonos entonces cuánto incide la remuneración de los trabajadores en el consumo de los hogares y en el tamaño del mercado interno. La tabla que sigue ilustra la incidencia de la remuneración de los trabajadores en el consumo de los hogares:

Tabla 3. Componentes del consumo de los hogares

 

2015 Part.% 2016 Part.%
Gasto de consumo final individual de los hogares; gasto de consumo final de las ISFLH 551,013 100 596,424 100
–          Remuneración de los asalariados 274,307 49.78 289,559 48.55
–          Excedente de explotación bruto e ingreso mixto bruto como parte del consumo de los hogares 276,706 49.76 306,865 50.99
–          ISFLH[3] 2,535 0.46 2,743 0.46
Excedente de explotación bruto e ingreso mixto bruto no consumido en el mercado interno 160,581  36.9 171,428 36.04
Total Excedente de explotación bruto e ingreso mixto bruto 434,752 100 475,550 100

Fuente: DANE, cálculos del autor.

Según el DANE, en 2016 la remuneración total de los asalariados alcanzó $289.6 billones. En ese año la remuneración del capital (el excedente de explotación más el ingreso mixto) alcanzó la suma de $475.5 billones. Por su parte, el consumo de los hogares fue de $596.4 billones. El DANE no trae la información acerca de los distintos componentes del consumo de los hogares (en años anteriores había información acerca del gasto de las instituciones sin fines de lucro que sirven a los hogares, que apenas representan el 0.46% del total). Sin embargo, se supone que todo el ingreso de los trabajadores va completo al consumo de los hogares, no así la remuneración del capital, lo que es imposible, pues una parte se dedica a la inversión, otra al ahorro y otra al consumo suntuario en el exterior.

La tabla 3 indica que del total del consumo de los hogares, menos de la mitad, el 48.55%, corresponde a la remuneración de los trabajadores, el 0.46% al gasto de las instituciones sin fines de lucro que sirven a los hogares, y se supone que el resto, el 50.99%, corresponde al gasto que desde los hogares hacen los dueños de las empresas.

La única forma de incrementar el consumo de los hogares es por la vía de mejorar los salarios de los trabajadores, lo cual se traduce en mejoras en la vivienda, la alimentación, la salud, la educación, el vestuario, etc.; factores todos que, aparte de hacer la sociedad más competitiva, más democrática en los social y en lo económico, amplían considerablemente el mercado interno, estimulando la demanda de toda clase de bienes y servicios, y por lo tanto incrementan el empleo y el producto interno bruto.

En cambio, incrementar las ganancias de los empleadores no impacta el consumo de los hogares, pues el consumo de los hogares de la patronal ya alcanzó un nivel que no se puede superar, salvo el del consumo suntuario, que es marginal y se hace más que todo por fuera del país. Las mayores ganancias de los empleadores inciden en el crecimiento del PIB únicamente por la vía del gasto en la formación bruta del capital, es decir, por la vía de la inversión en las empresas, y “todo el que ha dirigido un negocio sabe que contratar gente es el último recurso de los capitalistas. Es lo que hacemos, única y exclusivamente,  si una subida en la demanda en consumo así lo exige”, como afirma Nick Hanauer.

El único efecto que tendría un incremento de salarios en la economía, sería la disminución de la participación de la remuneración del capital en el valor agregado, pero sería un efecto positivo en la distribución del ingreso en un país que, como Colombia, es uno de los más desiguales del planeta. Sin embargo, este impacto lo podrían contrarrestar los empleadores a través de ganancias en productividad y en economías de escala, objetivos completamente posibles cuando se amplía la demanda como consecuencia de un mercado interno más grande.

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[2] Esta muestra apenas representa el 2.1% de las empresas existentes en Colombia. Según Confecámaras, en 2015 el stock de empresas del país era de 1.379.284,  370.318 sociedades y 1.008.996 personas naturales. Confecámaras además informaba que, en el país, por cada 100 empresas formales, entran 23 empresas nuevas al mercado y salen alrededor de 19. Nacimiento y supervivencia de empresas en Colombia, Cuaderno de análisis económico. Confecámaras, 2016.

[3] Las Instituciones sin fines de lucro que sirven a los hogares (ISFLSH): son entidades jurídicas dedicadas principalmente a la producción de servicios no de mercado para los hogares o para la comunidad, y cuyos recursos principales son contribuciones voluntarias.” En promedio, aportan el 0.46 del consumo de los hogares.


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Héctor Vásquez Fernández

Héctor Vásquez Fernández es Socio y fundador de la ENS. Exmiembro del Comité Ejecutivo de la Cut Antioquia. Docente, investigador y asesor de la ENS. Experto en temas sindicales y laborales

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